¿Es razonable pensar que los hombres malos huelan mal? ¿Que sus malvados pensamientos se puedan detectar por su olor pestilente a papa podrida? Por supuesto que no, juran Raúl y Carmen Funés. Por supuesto que sí, asegura su hija Mili. Guau, es cierto, confirma su perrita Canela, que también tiene narices para detectar olores molestos.
El malo del que se está hablando lleva la prueba evidente de su maldad dentro su mismo appellido: Pepe Cruz Malvado. Sobre todo cuando hizo que Raúl perdiera su trabajo. Y ahora el descarado, hediondo, supermalvado Pepe Cruz Malvado se presenta a sus padres, animándoles a venderle su casa. ¿A donde irán después? ¿Que será de su vida? ¿Y que tienen que ver los dinosaurios con todo esto? (+ 7)
Decidí escribir este cuento a raíz de la noticia de un descubrimiento que tuvo lugar en el desierto de la Patagonia argentina, cerca de un pequeño pueblo llamado Plaza Huincul. El primer dinosaurio (gigantosaurus caroliniensis) fue descubierto por el palentólogo José Bonaparte gracias al hallazgo casual de un fémur fósil que un tal Carlos encontró en su chacra (por eso la especie se llama caroliniensis, que viene de Carlos en latín).
Siguieron otros hallazgos importantes en la misma localidad, entre ellos el argentinosaurus huiculensis (de Huincul) que en mi ficción narrativa es descubierto por la perrita Canela.
De hecho, quedé fascinada por el mundo de los dinosaurios y la casualidad de los descubrimientos (aunque nada se descubra completamente al azar). Pero soy escritora de literatura infantil y juvenil y de pronto me encantó la idea de que el descubridor pudiera ser un chico o una chica. Mientras estaba trabajando la trama, pensé que un perro podía ser un descubridor más adecuado. ¡Los perros saben de huesos más que nadie! Y así nació la inteligente Canela.
Pero todavía me faltaba algo, una razón para darle un valor moral al hallazgo, para que a mis lectores les gustara más el cuento. Pensé en una lucha contra la injusticia en la que dos chicos valientes pudieran salir ganando. Así nació Pepe Cruz Malvado y su pestilente arrogancia.
¡Encontré genial la idea del diploma de ‘descubridor d edinosaurios’ que viene al final del libro! Estoy segura de que a los niños les va a encantar. El museo de historia natural de Lima ha aceptado la propuesta de una entrada gratis a los que vayan a visitarlo con mi libro en la mano. Los chicos podrán comprobar que el escritor no cuenta solo mentiras, que su imaginación siempre está imbuída de vida real. Y a veces, como en este caso, el lector limeño podrá descubrir algo inesperado, muy cerca de su casa.